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domingo, 30 de octubre de 2016

Aniversario de la fundación de La Falange. Enfrentamiento con los rojos.

 A las puertas del Teatro de la Comedia ha tenido lugar un acto en conmemoración de la Fundación de La Falange, que tuvo lugar en el interior del Teatro el 29 de octubre de 1933. Como es obligado, el acto terminó con el "Cara al sol" brazo en alto, dando los gritos de ritual Carlos Batres, Presidente de la Vieja Guardia.
 Comenzó los discursos Miguel Valenciano, por el SEU, que abogó por la lucha y por el compromiso. No podemos limitarnos a un problema concreto, sino que debemos abordar todos los problemas que afectan a España y al pueblo español.
 Cuando estaba en el uso de la palabra Carlos Batres llegaron unos cuantos warros de extrema izquierda, procedentes de la manifestación que pretendía rodear el Congreso con motivo de la elección del Presidente del Gobierno. Arrojaron botellas y otros objetos. La respuesta de los asistentes fue contundente, huyendo los agresores a toda velocidad hasta la Carrera de San Jerónimo, donde la Policía se interpuso entre ambos bandos. El acto quedó momentáneamente vacío, con una pancarta, el orador y poco más. Pasados unos minutos el mitin continuó con toda normalidad.
Carlos Batres criticó a los hijos de papá que se dedican a hacer gamberradas y jugar a la extrema izquierda, mientras los diputados cobran sueldos bárbaros a costa de los españoles.
 En último lugar habló Manuel Andrino, Jefe Nacional de La Falange. Denunció a quienes pretenden desnaturalizar a La Falange y que oculte sus símbolos y cambie de estilo. Pero no estamos dispuestos a renunciar a nuestra doctrina ni a nuestros caídos, no queremos ocultarnos.
También respondió a quienes se dedican a aconsejar y proponer desde las redes sociales, cómodamente instalados, sin arriesgarse ni luchar.
 Una dotación policial hubo de acudir al otro extremo de la calle, en la Plaza de Santa Ana, donde se congregaba otro grupo de provocadores.
 Los asistentes al acto abandonaron el lugar ordenadamente, mientras un fuerte cordón policial controlaba toda la Plaza de Santa Ana, como puede verse en las imágenes.


La gente, entre asombrada y asustada, observaba lo ocurrido, como estos feligreses a la puerta de una iglesia.